No hay felicidad plena en el PRI

Sin duda la apertura del PRI a las candidaturas ciudadanas o de simpatizantes es un acierto ante el momento político adverso que vive el tricolor de frente a la sucesión presidencial del 2018.

En la reciente asamblea de priistas todo fue algarabía y felicidad ante esta y otras decisiones tomadas que, según el primer priista del país, Enrique Peña Nieto, ponen al partido al día para “ser más competitivo y generar espacios de participación a militantes y simpatizantes”.

Según el mandatario los cambios a los estatutos “fortalecen al partido porque lo acercan a la ciudadanía” para que militantes y simpatizantes puedan participar ante el reto electoral.

Ya encarrerado, Peña aseguró que el PRI se presentará en el 2018 después de haber reformado al país, lo cual le da la calidad moral para la elección.

La eliminación del candado para que el candidato presidencial sumara diez años de militancia, resultaba imprescindible para el PRI ante la exigua popularidad que muestran los priistas de abolengo.

Todo parece indicar que lleva dedicatoria para el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, cuya imagen pública y capacidad profesional le han merecido ser considerado como uno de los “tapados”, pese a no pertenecer al PRI ni haber participado en un proceso electoral.

La eliminación de candados, que seguramente se extenderá a candidatos a gobernadores, alcaldes y legisladores, beneficiará a nivel nacional toda vez que el tricolor podrá echar mano de ciudadanos de prestigio y popularidad para lanzarlos a un puesto de elección.

Así sucedía en el pasado lo que le permitió al PRI mantenerse durante décadas en el poder al aprovechar la calidad y capacidad de mexicanos ajenos al desgaste político partidista.

Pero obviamente el aparente gozo y entusiasmo de los priistas no es general ni pleno.

Los tricolores saben que la eliminación de candados no asegura el triunfo en la presidencial del próximo año y que en algún momento podría complicar la unidad al interior del partido.

Imagine usted cómo debe sentirse el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien ha sido gobernador, diputado federal y presidente estatal del PRI en Hidalgo, entre otros cargos dentro de su partido.

Luego de casi cinco años de servir al país en Bucareli, de cuidarle la espalda a Peña Nieto y de enfrentar sus errores, Osorio amanece con la noticia de que un ciudadano sin militancia ni experiencia electoral podría ser encumbrado a la ansiada candidatura presidencial del 2018.

Sentimiento parecido debió abrigar el sonorense Manlio Fabio Beltrones, con su larga trayectoria como priista, al confirmarse el acuerdo de que su partido abrió la posibilidad de postular a un ciudadano externo sin nexos notables con el tricolor.

Y los militantes de base, aquellos que en cada campaña, reunión y asamblea dan la cara y el tiempo por su partido, ¿estarán realmente satisfechos por el cambio de estrategia del PRI?

Obvia decir que los partidos son instituciones por demás desprestigiadas y conociendo los antecedentes del PRI, tampoco hay que alarmarse porque en ese partido primero es la disciplina y la obediencia al mandatario en turno y después los principios ideológicos.

En suma, el PRI abre sus cartas para enfrentar la guerra electoral del 2018 con más perfiles, en tanto la oposición se apunta a lanzar como candidatos a militantes de carrera y en algunos casos como Morena, a un viejo y correteado lobo de mar. Agarren piedras.

Noticias, noticias…

Grata sorpresa al llegar ayer al aeropuerto de Hermosillo y cruzar los nuevos “gusanos” o toboganes que conectan el avión con la flamante sala para llegada y salida de viajero; atrás quedarán las largas caminatas al raso de un sol candente y con más de 40 grados que tenían que realizar los pasajeros al subir o bajar de una nave.

Se lucieron los sonorenses en el Mundial de Londres: Alejandra Valencia obtuvo dos medallas de plata para convertirse en la arquera número tres en el ranking mundial mientras que Édgar Rivera ocupó el cuarto lugar con un salto de 2.29 metros.

Toda una hazaña para México porque jamás un connacional había llegado a una final en salto de altura; esperamos ver a ambos sonorenses en los Juegos Olímpicos de Tokio en el 2020.

Ante las airadas protestas por la manifestación violenta de supremacistas, el presidente Donald Trump se vio obligado a condenar el racismo y la intolerancia. No obstante, tanto el CEO de la corporación Merck, Kenneth Frazier; como el de Under Amour, Kevin Plank; renunciaron a un consejo asesor de Trump en rechazo a las políticas del mandatario.

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