#RelatosDeLaFrontera | El poblamiento de Douglas y Agua Prieta

bomberosexpreso10072017wwPor Dr. Ismael Valencia Ortega*

Lo que hoy es la ciudad de Agua Prieta toma su nombre la legendaria laguna que aún aparecía en los títulos primordiales otorgados a la familia Elías en los primeros años del siglo XIX. En las décadas posteriores desaparece, pero siguió siendo lugar de campamentos de vaqueros vigilantes del ganado que pastaba en la región y de los abigeos. Para el amanecer del año 1900, esa calma se vio alterada por los trabajos de instalación de la aduana fronteriza y el ferrocarril que iniciaba su construcción rumbo a Nacozari, y la planta de refinado de cobre en Douglas Arizona.

En ese sentido el poblamiento fue acelerado, y junto con ello las necesidades de Alimentos, servicios públicos, pero sobre todo espacio donde establecerse por parte de los nuevos colonos, formado por obreros, operarios especializados, profesionales como maestros, médicos, periodistas, y también empresas y empresarios abocados a satisfacerlos.

Un aspecto que complicó dar orden urbano al emergente poblamiento, y definir la organización de autoridades civiles, era que esos terrenos eran propiedades de la familia Elías y Camou , que se remitían a fines del siglo XVIII y XIX y nuevas empresas extranjeras como la compañía ganadera de Cananea, que impedían darle un fundo legal a la comisaria y después al ayuntamiento de Agua Prieta.

El seccionamiento de lotes para habitación pronto fue visualizado como un gran negocio, pero fueron las condiciones de pago y precios los que gestaron que los interesados en adquirirlas optaran por el lugar que les ofreciera más facilidades. Los propietarios de Agua Prieta se enfrentaron con la competencia y ofrecimientos de la venta de lotes de la contigua Douglas. Rafael Camou, le advertía a su padre en 1905, de lo que estaba pasando y de las pérdidas que se tendrían sino modificaban la estrategia de venta:

"Ayer te escribí, y por esa carta veras que deseo el poder dedicarme a ver que puedo hacer para mí, pues como te digo en ella, los negocios de la casa no están en condiciones de dar resultados por mil circunstancias y nada menos que este negocio de la Agua Prieta si se pusiera de manera que facilitara la venta de lotes daría resultado pero con esos precios que se piden no solamente no se venderán lotes, sino muchas familias se van del otro lado, de donde hacen todo lo posible por acarrearse la población ,y para conseguirlo ,dan lotes en determinados barrios por $50.00 y pagando solo $ 5.00 al mes hasta su completo pago, y con esas facilidades han poblado esos barrios mucho, pues según mis informes por personas enteradas, calculan en más de 1500 mejicanos los que hay en Douglas.

A Rafael le quedaba claro que intentar que las familias mexicanas retornaran a lado mexicano y abandonaran lo ya construido en Douglas era imposible. Lo viable era una actitud más liberal para vende lotes en cuantos a los precios, ya mientras su padre los ofrecía a 800 pesos, su contraparte a precios mucho menores.

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El hijo asentaba una reflexión distinta reconociendo que no eran los lotes el único giro de los negocios, sino que los cambios poblacionales y el tipo de habitantes era distinto y planteaban el verdadero sentido de los negocios: Ahora calcula el beneficio que hace a un pueblo el que se gasten diariamente en el jornales de más de 1500 hombres y lo que progresaría todo, dándole más valor a nuestras propiedades..."

La clave estaba en la demanda de mercancías, bienes y servicios de obreros y población en general, representados en una nueva cantidad de dinero en circulación generado por los salarios. El hijo sostenía que la venta de los lotes requería una administración distinta, porque en esas condiciones ese negocio le hacían perder el tiempo, prefiriendo seguir con las labores campiranas en sus ranchos.

Para 1916, Agua Prieta adquiere su calidad de ayuntamiento y, para 1926, el gobernador Alejo Bay negociaría en definitiva con los herederos de la familia Camou, la adquisición de los terrenos para otorgarle a la comunidad un fundo legal.

Por Dr. Ismael Valencia Ortega, Historiador por la Universidad de Sonora
ivalencia@sociales.uson.mx

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