INFOGRAFÍA | Artistas que reivindican al futbol

El futbol estaba lastimado, brutalmente herido, pero la Copa del Mundo México 1970 hizo olvidar las tendencias defensivas del juego y la violencia en las canchas que habían dominado en las ediciones mundialistas de Chile 1962 e Inglaterra 1966.

Desde 1964, cuando México fue elegido como sede de la novena cita mundialista, la fiesta apenas empezaba y tendría como un gran aperitivo la celebración de los Juegos Olímpicos de 1968 celebrados en territorio mexicano, hasta ese momento los mejores en la historia.

La Copa del Mundo no se podía quedar atrás y paulatinamente quedó claro que México 1970 sería una edición mundialista diferente a cualquier otra anteriormente celebrada.

Una copa diferente
Inaugurado en 1966, el majestuoso estadio Azteca se contemplaba como el escenario principal de la Copa del Mundo, como escenario del partido inaugural y la final, pero también llegaron varias innovaciones que hicieron diferente el torneo.

Así, apareció por primera vez el balón “Telstar”, primero en lucir pentágonos negros en su diseño, además la competencia fue animada por “Juanito 70”, mascota mundialista representada por un niño gordito que utilizaba sombrero y vestía una camiseta verde que le llegaba al ombligo.

En lo futbolístico, se utilizaron por primera vez las tarjetas amarilla y roja para tener mayor control de la disciplina sobre la cancha, y se permitieron dos cambios de jugadores por equipo durante un partido.

Mundial televisado
En temas tecnológicos, todos los partidos fueron televisados en directo y a color bajo protestas de varios equipos participantes, porque los juegos se celebrarían con el fuerte calor del mediodía, esto para permitir que en Europa se pudieran ver los juegos a una hora apropiada.

México y la URSS inauguraron el torneo con un empate a cero, pero el verdadero espectáculo comenzó a partir del día siguiente, con la exhibición de Perú en la victoria 3-2 sobre Bulgaria.

Con apuros y pocos goles, Italia y Uruguay avanzaron a cuartos de final; así como Alemania y Perú, que, contrariamente, brindaron grandes exhibiciones ofensivas, al igual que Brasil, que dirigido por Mario “Lobo” Zagallo, ganó sus tres primeros partidos con claridad.

La atajada del siglo
Queda en el recuerdo de la primera ronda eliminatoria la atajada imposible que el portero inglés Godron Banks inmortalizó como la más impresionantes de la historia, al enviar el balón por encima de su cabaña un cabezazo picado al piso de Pelé en el estadio Jalisco.

Pese a esa pincelada, en cuartos de final Inglaterra fue superada 0-1 por Alemania en la revancha de la final de 1966, en un duelo que también se decidió en tiempos extra, pero esta vez a favor de los teutones 3-2.

Por su parte, Italia eliminó a México al derrotarlo 4-1; en tanto, Uruguay superó 1-0 a la URSS; y Brasil dejó en el camino a Perú 4-2, en uno de los partidos más ofensivos de la justa.

Ya instalados en semifinales, el 17 de junio, mientras en el estadio Azteca, Italia doblegaba 4-3 a Alemania en el “Partido del Siglo”; en el estadio Jalisco, Brasil venció 3-1 a Uruguay, en un juego en el que Pelé plasmó su genialidad con otro “no gol” memorable.

En un balón filtrado detrás de medio campo, Pelé arrancó a gran velocidad, amagó al portero uruguayo Ladislao Mazurkiewicz a tres cuartos de cancha, dejó correr la pelota para alcanzarla del otro lado, y en movimiento disparar, pero el balón rozó el poste.

La final 
Liderado por Pelé, con un cabezazo perfecto y una asistencia virtuosa en una jugada en la que todos los brasileños tocaron el balón, el “Scratch” se impuso 4-1 a Italia en la final, en una brillante exhibición “verdeamarelha” en el estadio Azteca, en donde el “10” se encumbró como el rey del futbol al conquistar su tercer título mundial.

De esta forma la reconciliación del futbol y las Copas del Mundo llegó en México 1970, edición mundialista que marcó un antes y un después en la celebración de la cita cuatrienal.

EXP/JLS/FRU/JUN/2018