Don Jaime tiene una ferretería llena de historia

Don Jaime es dueño de FerreMás, una ferretería que tiene ya decenas de años surtiendo a los nogalenses de cualquier objeto que necesite, por raro que este sea. 

NOGALES, SON.- Tornillos, clavos, mangueras, camisas, veneno para cucarachas, tazas, un tanque de gas... todo lo puedes encontrar en el mundo mágico de Don Jaime Muñoz Manzano. 
Es FerreMás, una ferretería que tiene ya decenas de años surtiendo a los nogalenses de cualquier objeto que necesite, por raro que este sea.
Desde la calle se ve que en este pequeño rincón, el mundo se ha detenido, porque en la ventana, aparte de polvo ves objetos que uno creía ya inexistentes.
En el mostrador igual pueden encontrar un changuito de peluche sonriendo, así como una estufa de dos quemadores, un esmeril, una tarraja, una escofina o un objeto no identificado excepto para conocedores.

Don Jaime llegó a la Ciudad de México, donde se casó y procreó a sus hijos y llegó a Nogales por allá en 1968 aproximadamente.

Con sus hijos, esposa y un porvenir a cuestas, se empleó en la feretería de su hermano, pero al tiempo supo independizarse para crear su propio negocio.

En esa época Nogales era un pueblo muy pequeño, que apenas llegaba hasta el "Mono Bichi", y todo mundo podía cruzar a Estados Unidos sin papeles, sin pasaporte. Era casi una aldea.

La Ferretería FerreMás está localizada casi a un lado de la Plaza Miguel Hidalgo, por la calle Adolfo López Mateos y es uno de los viejos rasgos de Nogales que aún  sobreviven.

En aquellos años, el principal producto que se vendía en la ferretería era el petróleo, porque era muy utilizado para las estufas y calentones de ambiente”, comentó Don Jaime.

En la ferretería los objetos pasan de un lado a otro y todo sorprende, desde una taza, envoltura de regalos, hasta un tramo de manguera anaranjada para instalaciones eléctricas.

Una llave allen por aquí, o una hilera de focos, también están los tubos, sierras eléctricas, cables, aislantes térmicos y demás mercancía.

El esfuerzo de Don Jaime lo trajo hasta Nogales y se muestra feliz y satisfecho porque en esta ciudad crió a una familia, una esposa con sus siete hijos.

Ahora es un rincón casi histórico de Nogales, lleno de recuerdos, pero sobre todo, a donde siguen llegando los clientes a buscar casi cualquier cosa que necesiten en el hogar, oficina o edificio.